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Mujeres de la Biblia Ha sido bien dicho que después de los oscuros días de los capítulos finales del libro de Jueces, la dulce historia de Rut es como un rayo de luz celestial que cae sobre las páginas de la Sagrada Escritura. La historia está ubicada en los días cuando los jueces gobernaban la tierra, cuando la familia de Elimelec, impulsada por el hambre, emigró a la tierra de Moab. Allí una tragedia más grande que el hambre los alcanzó. Noemí primero quedó viuda; más tarde se vio privada de sus dos hijos y quedó sola con dos nueras, Orfa y Rut. Finalmente, habiendo oído que no había más hambre en Judá, decidió regresar, y comenzó su viaje acompañada de Orfa y Rut. Con amargura de espíritu y decaimiento del corazón, caminaron todas en silencio, hasta que Noemí no pudo contenerse por más tiempo. Tenía que manifestar sus pensamientos. Aunque su pérdida era tres veces más grande que la de ellas, tenía que expresar la procupación que había en su corazón generoso, preocupación por el futuro de ellas y no el de ella:
Cu án revelador de las relaciones que existían entre suegra y nueras es este pasaje! Pero ella no quiso hacerles exigencia alguna, agradecida como estaba de su cuidado y compañía en los días anteriores. Leemos que "luego las besó." Por supuesto que este no era un beso formal, sino una larga y tierna despedida. No es extraño que ellas declararan que no la abandonarían.
Oyendo esto, Orfa decidió que era correcto preocuparse ahora de sí misma y de su propio futuro. Dando a su suegra un beso final de despedida, regresó a su pueblo y a sus dioses, abandonando las páginas de la historia divina. El beso y la partida de Orfa contrastan grandemente con la acción de Rut, quien se quedó con su suegra. ¿Podemos percibir en las siguientes palabras de Noemí un sentimiento de decepción cuando habló a Rut?
Esto solamente sirvió para que Rut se fortaleciera en su decisión. Ella había analizado cada palabra de su suegra y había notado la forma en que cada una había sido dicha, y había tomado en cuenta todos los riesgos. Así que con palabras de amor y lealtad que son algunas de las más conmovedoras que jamás hayan sido escritas, suplicó:
En la traducción al inglés de la Revised Standard Version, se lee esto último en términos que dan a entender: "Así me haga Jehová, y aun me añada, si aun la muerte te separara de mí." Esto implica que ni la muerte misma las separaría, pues serían sepultadas juntas. Más tarde, y más grandioso aún, ambas resucitarían juntas. Un ejemplo poderoso Sin embargo, los efectos de la desgracia de Noemí no pudieron ser olvidados por mucho tiempo. Su pesar, que había penetrado hasta las fibras íntimas de su ser, brotó una vez más al llegar a la ciudad donde antiguas asociaciones hicieron que los recuerdos volvieran a abrumarla. La ciudad se conmovió a causa de ellas, y la gente decía: "¿No es ésta Noemí?" ¿Qué estaban dando a entender? ¿Había el dolor cambiado tanto la apariencia o el ánimo de Noemí? "No me llaméis Noemí [placentera], sino llamadme Mara [amarga]; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso. Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías." El recuerdo de tiempos más felices oscurecía por el momento la bendición de una verdadera hija en Rut, una falla muy humana y comprensible. Noemí no podía saber en aquellos momentos cuánto iba a significar Rut para ella en lo sucesivo. A menudo, nuestras dificultades parecen demasiado importantes para nosotros, al grado de obscurecer las bendiciones que el Señor envía a fin de proveer equilibrio contra la adversidad y para asegurarse de que nuestras tentaciones no son más grandes de lo que podemos soportar. En aquel tiempo era desconocido para Noemí el gozo guardado para ella por medio de Rut: una abundancia de bendiciones que sería descrita como mejor que siete hijos. Una hija fiel La información en el capítulo 2:1 de que Noemí tenía un pariente de su esposo, llamado Booz, es para beneficio del lector. Cuando Rut decidió proveer para ella y su suegra, no sabía esto. Consideró que era su deber conseguir provisiones para su casa, y dijo: "Te ruego que me dejes ir al campo, y recogeré espigas en pos de aquel a cuyos ojos hallare gracia." En su acción vemos la mano guiadora de Dios: "...y aconteció que aquella parte del campo era de Booz" (2:2, 3). Ella no había planeado esto, pero Dios lo realizó. Desde el punto de vista humano fue suerte; pero su salida fue dirigida desde arriba. Sus caminos habían sido encomendados a Dios y El dirigía sus pasos. De este modo ella llegó a tener una amplia experiencia con el pueblo de Noemí, el cual había escogido como su pueblo. Estaba dispuesta a tomar la humilde posición de espigadora, una de las más pobres de la tierra. No estaba avergonzada de pedir, y recibió con plenitud. Su perseverancia y laboriosidad fueron observadas por aquellos que la rodeaban. Esos fueron días alegres en Israel, cuando el vínculo entre el amo y el sirviente era la bendición del Señor. También se reflejaba en el carácter de Booz, quien trataba a sus sirvientes de la misma manera que el querría que Dios, su Amo, lo tratara a él mismo. El Señor había bendecido verdaderamente la tierra y ellos estaban cosechando con gozo. Booz, viendo una cara extraña, hizo preguntas sobre la espigadora. Había oído algo de ella y ahora la conocía. Cuando estudiamos su respuesta a estos informes, vemos la generosidad de su corazón, y oímos sus palabras de consuelo y aliento para Rut, nosotros pensamos en nuestro Redentor, el Señor Jesús, quien dio consuelo y proveyó para sus discípulos. Booz encargó a Rut: "No vayas a espigar a otro campo...aquí estarás junto a mis criadas" (2:8, 9). También Jesús proporcionó consuelo en estas palabras: "No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo" (Juan 14:27), y un momento más tarde dijo: "Permaneced en mí, y yo en vosotros" (Juan 15:4). Obediencia y sacrificio
Hubo un abandono de los intereses personales y todo lo que significaban, lo cual es verdaderamente uno de los principios básicos de la redención en Cristo Jesús, porque Jesús dijo: "Cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo" (Lucas 14:33). Reconociendo un poder superior El libro de Rut es parte de aquella escritura que ha sido compuesta para nuestra instrucción, de modo que por medio de la paciencia y consuelo revelados en los personajes que se nos presentan, podamos tener fe, en cualquier campo de la experiencia humana que sea nuestra suerte desenvolvernos. La historia continúa. Habiendo sido auxiliada por Rut, ahora Noemí estaba ansiosa de ayudar en las necesidades de su nuera. La ley de redención en Israel planteaba la posibilidad de que Rut fuera redimida, como también la tierra de su esposo. Sin embargo, había la necesidad de una preparación para que Rut pudiera encontrar y ser aceptada por una persona apropiada. Noemí le enseñó a buscar y a prepararse para tal encuentro. "Te lavarás, pues, y te ungirás, y vistiéndote tus vestidos, irás a la era; mas no te darás a conocer al varón hasta que él haya acabado de comer y de beber" (Rut 3;3). El lavado, ungimiento y vestido de nosotros son esenciales para el proceso de la redención, como lo es el salir confiadamente para ser conocidos de nuestro redentor. Los sentimientos de Rut no son revelados cuando la narración se desarrolla, pero su obediencia es enfatizada, y así su petición fue contestada. Booz no desconfió del asunto porque conocía el carácter de Rut. En realidad, la reputación de ella no era cuestionada por nadie en la ciudad: "pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa" (3:11). Así el proceso fue comenzado y tal fue el hombre Booz que con seguridad no dudaría en perseguir su propósito hasta el fin. Pero el fin perseguido no oscureció las necesidades inmediatas. De nuevo tomó las medidas necesarias para hacer una generosa provisión para la casa, añadiendo las palabras: "...no vayas a tu suegra con las manos vacías" (3:17). Los tiempos de necesidad y pesar, de hambre y soledad, habían pasado, y aquí estaba la señal de seguridad para el futuro: seis medidas de cebada. Esto fue aceptado por Noemí como una garantía de que pronto el asunto en manos sería terminado: "Aquel hombre no descansará hasta que concluya el asunto hoy" (3:18). Un fuerte redentor Pronto llegó el anuncio: "Le ha nacido un hijo a Noemí." ¡Qué trascendente alegría! La pérdida de Noemí había sido triple: su esposo y dos hijos. Ahora su copa estaba llena de nuevo con Rut, Booz y Obed. Seguramente ella pudo ser llamada de nuevo Noemí (placentera). El pueblo se dio cuenta del modo como ella había sido bendecida en las palabras: "Tu nuera, que te ama, lo ha dado a luz; y ella es de más valor para tí que siete hijos." El niño fue llamado Obed, que significa "siervo." Un antepasado del Señor
Orfa debe de haber encontrado descanso en Moab, pero terminaría en el sepulcro. Para Rut, quien abrazó la esperanza de Israel, un futuro más grande está asegurado. Traducido por Nehemías Chávez Zelaya Publicado por la Misión Bíblica Cristadelfiana Los Cristadelfianos somos una comunidad mundial de estudiantes de la Biblia. Si quisiera saber más acerca de nosotros y nuestras enseñanzas, por favor tomese unos momentos para navegar a través de www.labiblia.com. Tenemos aquí un muy amplio surtido de información acerca de nuestras creencias, y las verdaderas enseñanzas de la Biblia |
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