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El Matrimonio Capitulo Anterior | Siguiente Capitulo Las amistades casuales son diferentes del noviazgo. Puede que nos hayamos conocido en forma inesperada en alguna convivencia o en otra actividad de la iglesia. Se enciende una chispa. Posiblemente sea una mirada o la manera en que la otra persona habla o camina o manifiesta interés en nosotros. El primer encuentro puede ser doloroso, como una puñalada en lo más profundo de nuestro corazón, sin que entendamos exactamente por qué. Se aconseja a los hombres de negocios no tomar una decisión importante menos de 36 horas después de un largo vuelo en avión. El atravesar los husos horarios perturba el patrón de nuestro sueño y el ritmo de las comidas. El reorientarnos en un ambiente totalmente nuevo toma tiempo, y las decisiones importantes deben ser aplazadas hasta que nos hayamos acomodado a la nueva situación. Es muy decepcionante descubrir que una persona que parecía muy interesante tiene en realidad una personalidad o forma de pensar limitada o poco profunda. Puede que esto no sea evidente de inmediato. Un cambio de escena o compañía puede revelar algo que Ud. no había notado anteriormente. Por consiguiente, es esencial que hablen y hablen acerca de todo. Nunca se quede satisfecho con una respuesta evasiva o incompleta o con el mero silencio. A medida que la amistad progresa, Ud. debe esforzarse por conocer minuciosamente a su amigo: en ambos hogares, en la iglesia, en medio de un grupo y a solas. Algunas personas atraen amigos tan fácilmente como la jalea atrae las avispas. Si Ud. es una de estas (quiero decir personas y no avispas), aprenda a ser cuidadoso al elegir sus amigos, y sobre todo guárdese del pecado mortal del orgullo y la adulación de sí mismo. Hay otras personas que se preguntan si jamás encontrarán un amigo. He aquí algunas palabras más de ayuda si Ud. se siente así. Ore siempre y abra su corazón a Dios; acuérdese de que Ud. tiene cualidades de personalidad o carácter que son atractivas para los demás; y no se desprecie por motivos de desesperación o prisa, lanzándose a los demás en la esperanza de que alguien lo atrape. La amistad apropiada surgirá de la rectitud cristiana y el tomar a Dios como guía. El verdadero matrimonio Cuando los matrimonios se derrumban, y se le pide a uno que ayude a volverlos a componer, la persona ofendida frecuentemente pronuncia las sorprendentes palabras: "Yo no sabía que él (o ella) era así." En la mayoría de los casos, uno tiene que responder: "Pues, Ud. debió haberlo sabido." El noviazgo es el tiempo para llegar a conocer a la otra persona casi tan bien como nos conocemos a nosotros mismos. Si la persona de quien Ud. está enamorado no habla libremente con Ud. acerca de todo o se niega a revelarle los ingredientes básicos de su mente, Ud. está en una situación extremadamente peligrosa y debe pensar muy seriamente si debe terminar la relación; está en peligro de encaminarse hacia un matrimonio que sería dolorosamente incompleto. Es mejor prevenir que lamentar. El mero hecho de que dos personas son miembros de la iglesia cristadelfiana no significa que se les garantiza un matrimonio exitoso. Por supuesto, ambas personas deben ser miembros de la iglesia (no vaya a creer que Ud. puede ser más sabio que Dios en lo que a esto se refiere), por que de otra manera es obvio que habría dos mentes que de plano no serían armoniosas. Pero además de eso, tiene que haber una afinidad entre ellos como personas. Si elegimos de una manera sabia, pidiendo al mismo tiempo la guía divina por medio de la oración, y si nuestro compañero comparte nuestra fe y su personalidad es compatible con la nuestra, entonces existe un fundamento sobre el cual se puede edificar algo sólido. Los votos
Con tal que lo que decimos sea la verdad, el matrimonio en el sentido legal del t érmino es así de sencillo. Pero en los servicios matrimoniales de la iglesia cristadelfiana, acostumbramos agregar otras promesas que completan nuestro compromiso delante de Dios. Por ejemplo, posiblemente digamos:
Cuando Ud. llegue al momento de la amistad que le dice que est án o podrían estar en camino hacia el matrimonio, tome estos votos y léalos detenidamente, imaginando las situaciones a que se refieren, y pregúntese: ¿Estoy yo dispuesto a hacer todo esto, siempre, hasta el fin de mi vida, dondequiera que tengamos que vivir y aunque no podamos tener hijos? Estos votos no son cosas anticuadas con frases extravagantes que no han de tomarse en serio. Al contrario, son la mera realidad: esto es lo que el matrimonio realmente debe lograr. Y son votos para toda la vida. Capitulo Anterior | Siguiente Capitulo Publicado por la Misión Bíblica Cristadelfiana Los Cristadelfianos somos una comunidad mundial de estudiantes de la Biblia. Si quisiera saber más acerca de nosotros y nuestras enseñanzas, por favor tomese unos momentos para navegar a través de www.labiblia.com. Tenemos aquí un muy amplio surtido de información acerca de nuestras creencias, y las verdaderas enseñanzas de la Biblia. |
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