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El Matrimonio La recesión mundial nos ha hecho sumamente conscientes del hecho de que el dinero es difícil de conseguir. En todo caso, la idea de que la situación económica mundial seguiría mejorándose indefinidamente siempre fue una ilusión y rápidamente está desapareciendo. Ha llegado el momento de evaluar la situación y poner nuestros pensamientos en orden. Algunos de nosotros ya fuimos obligados a hacer esto porque hemos quedado cesantes. Según el tiempo que llevábamos en el trabajo, puede que recibamos alguna forma de indemnización o ninguna. Esta situación es un poco más fácil de manejar cuando somos solteros, porque por lo menos no tenemos la responsabilidad de mantener a una esposa e hijos. Sin embargo, todos los que se encuentran en esta situación sienten que no son bienvenidos ni necesitados, y su amor propio puede quedar seriamente dañado. De nada sirve que nos exhorten a que no nos preocupemos o que no le demos importancia. Se nos ha ocurrido algo muy real y desagradable. Ha habido casos de hombres que fingían que aún estaban trabajando, saliendo de la casa a la hora acostumbrada y regresando en la noche, porque tenían miedo o vergüenza de confesar la verdad a su pareja. Otros han quedado suficientemente deprimidos como para retirarse dentro de sí mismos en desesperación. La cosa se ha agravado por el hecho de que miles de otras personas se encuentran en el mismo apuro. Las plazas vacantes son escasas y difíciles de encontrar y a veces hay diez o cien solicitudes para cada trabajo disponible. La situación económica está difícil y el hecho de ser hijos de Dios no nos exime de sus consecuencias. Enfrentando la vida juntos Si ha sido nuestra costumbre conversar libremente sobre todos los temas, nos parecerá natural platicar acerca de los problemas de la vida a medida que se presentan. El hecho de perder el trabajo o sufrir un quebranto de salud es algo que afecta tanto al uno como al otro y necesitamos hablar libremente del problema y apoyar uno a otro. La persona afectada puede sentirse resentida o desconsolada, pero no hay necesidad de que ambos esposos se pongan deprimidos, porque en ese caso el problema se duplica. Naturalmente sentiremos simpatía el uno para el otro, pero "los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles" (Romanos 15:1). El proverbio (17:17) dice que el amigo ama como un hermano en tiempo de angustia, y así debe ser también con los esposos que verdaderamente se aman. En el día de nuestro matrimonio nos comprometimos a amarnos en tiempos buenos o malos, en la riqueza como en la pobreza. Si siempre hemos tenido la costumbre de leer la palabra de Dios y orar juntos, estas cosas serán un baluarte en tiempos de prueba. Dios no ha prometido eximirnos de problemas pero sí ha dicho que nunca nos abandonará ni desamparará, y tampoco dejará de proporcionarnos lo necesario para vivir. Dos asalariados En algunos casos esto no se ha podido evitar, pero con demasiada frecuencia las parejas se sobreextienden económicamente, con resultados desastroso cuando surge la adversidad. Peor todavía, además del hábito de gastar demasiado dinero, ha llegado a ser costumbre usar el crédito como forma de vida, es decir, gastar dinero que no tenemos. La propaganda seductiva y la disponibilidad del crédito pueden habernos convencido de que el dinero prestado realmente es nuestro y lo podemos usar como queremos. Cuando sobreviene una crisis económica, puede ser desastrosa. Se pierden casas, las deudas son colectadas y se revela la cruel verdad, es decir, que nada es gratuito. Si la pareja hubiera manejado mejor su dinero en tiempos normales, el impacto de la crisis pudo haber sido menor. Más vale un poco de previsión que los remordimientos llorosos. Haciendo lo correcto Algunos cónyuges son tacaños mientras otros son gastones; algunos se niegan a gastar dinero salvo para sí mismos; otros lo gastan demasiado libremente y se sienten mal cuando se revela al final de la semana o del mes que la economía y tal vez la felicidad del hogar han sido dañadas. Debemos ser mutuamente responsables y estar conscientes de los ingresos de la familia y cómo deben ser gastados y ahorrados. El mismo sentido común nos dice claramente que no podemos gastar lo que no tenemos y que tenemos que controlar los gastos de acuerdo a los ingresos. Tenemos que determinar en forma conjunta cuáles serán las principales compras de la familia y cómo se van a pagar. Es insensato vivir más allá de nuestra capacidad económica o querer emular el nivel de vida de otras personas cuyos ingresos superan a los nuestros. La felicidad no depende de las posesiones sino de nuestro estado mental y una correcta forma de vivir. La indulgencia y extravagancia socavan la estabilidad. Entonces es esencial decidir fríamente y no bajo la tentación y la influencia de la propaganda seductora si vamos a tener tarjetas de crédito y cómo vamos a controlar el uso que les demos. Si podemos pagar el saldo pendiente al final de cada mes, entonces estamos bien; pero si no podemos, estamos pagando mucho más de lo que debemos estar pagando para comprar las cosas y nos estamos cargando con deudas que no podremos cancelar si ocurre algún problema inesperado. El amor al dinero y el amor de las cosas por el mero placer de tenerlas son la raíz de grandes males. La codicia es un pecado tan grande como el adulterio. El hecho de aprender a estar contentos viviendo dentro de nuestra capacidad económica sin resentirlo trae gran contentamiento. "No debáis a nadie nada" es un mandamiento bíblico que debemos esforzarnos para cumplir en una época en que todo el mundo estima que es astuto vivir con dinero prestado. Si Ud. lee seriamente el libro de Proverbios, recibirá consejos que son más sensatos que todos los que el hombre puede darle. Se especifica en forma completa toda la forma de vivir que debemos tener, y las consecuencias de hacer caso omiso de estos consejos también son enumeradas. Cuando las cosas van mal Uds. necesitarán un amigo en quien confiar, no necesariamente para resolver los problemas sino para prestar un oído simpático, un brazo que les fortalezca, oraciones conjuntas para apoyarles y un amor en que pueden confiar. Otra pareja puede ser de una gran ayuda. Es una sabia previsión cultivar tal clase de amistad antes que vengan los problemas. Acordémonos de que el dinero que tenemos no es nuestro; es un préstamo del Señor. Hemos sido comprados por precio. Publicado por la Misión Bíblica Cristadelfiana Los Cristadelfianos somos una comunidad mundial de estudiantes de la Biblia. Si quisiera saber más acerca de nosotros y nuestras enseñanzas, por favor tomese unos momentos para navegar a través de www.labiblia.com. Tenemos aquí un muy amplio surtido de información acerca de nuestras creencias, y las verdaderas enseñanzas de la Biblia. |
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